El plano general puede dar una idea bastante completa de lo que fue esta notable residencia, que si por su ambiente y modo de vida es villa rustica, por su extensión y confortable riqueza constructiva puede considerarse de tipo semi urbano, similar a las domus de la metrópoli en amplitud, ordenación de las confortables dependencias, suntuosidad y cuanto pudiera apetecer el refinado aristócrata a la romana, que asoció aquí sus intereses, actividades y recreo, acaso huyendo de la ciudad para no someterse a los artificios, dispendios y amarguras de la vida oficial en crisis, buscando, en cambio, cierta independencia y la amorosa tranquilidad del campo.



Según podemos apreciar en el plano general, se desarrolló nuestra villa de este a oeste, en disposición axial frente a mediodía, con vestíbulo, atrio impluvio, célula de la casa romana, sostenido por columnas, abierto a las relaciones públicas, con su corredor al sur u amplias a las laterales comunicando con el tablizo, excepcional estancia para el padre de familia, cerrando la cabecera en hemiciclo al norte de este sector. Triclinio en el ala izquierda de atrio; cutículas en tres espacios distintos, culina con arranque de chimenea adaptada a uno de los rincones en ángulo y otras dependencias complementarias.