La gastronomía de Rioseco de Soria estaba basada principalmente en los productos que cultivaban y criaban en la zona, destacamos la matanza del cerdo, como centro de la alimentación de todas las familias del pueblo.
La elaboración y conservación de la carne es una herencia preciada que hoy en día todavía se pone en práctica en casi todas las casas. La preparación de productos como chorizos, morcillas, salchichones, lomos, jamones, manteca…, su curado en las cocinas de leña y su posterior conservación en fresqueras y adobo hacían del cerdo el producto fundamental en la alimentación de nuestros antepasados.
De estos días de la matanza conservamos también platos típicos, destacando las migas pastoriles que se comían el primer día del sacrificio del cerdo o las del caldo de las morcillas del segundo día.
Por otro lado, son muchos los platos que han permanecido en nuestras costumbres gastronomitas en fechas señaladas como pueden ser: el cardo con nueces o almendrucos que se come en las cenas de Navidad, las torrijas y pestiños de Semana Santa, tarta roja de San Juan, mostillo en época de la cata de miel, los rosquillos que son unas pastas típicas en toda fecha señalada ya sean fiestas, cumpleaños…
Otras recetas como los escabechados (guisos en vinagre) era la forma de conservación de muchas carnes y pescados de temporada que aparecían en exceso en las casas o simplemente las querían guardar para días señalados, como ocurría a menudo con la caza y los pollos de corral que han sido y son platos muy apreciados de nuestra gastronomía.
Un producto del que podemos presumir por su gran calidad es la miel, que a parte de ser consumida es también producida de forma artesanal en nuestro pueblo.
Productos primarios como la legumbre (garbanzos, alubias pintas o blancas, lentejas) quedan sin duda incluidos en nuestra gastronomía, así como los huevos de corral con los que la abuela hace los preciados flanes y demás postres.
Día a día los riosecanos aumentamos nuestra riqueza gastronómica introduciendo productos como los hongos, aunque han existido siempre, carecían de gran importancia exceptuando alguna variedad, hasta hace pocas décadas. Los diferentes ecosistemas existentes en nuestro término municipal brindan un amplio abanico de variedades micológicas, las cuales han dado pie a una pronta inclusión y un consumo de gran valor gastronómico.